Las distintas corrientes inmigratorias hacia Paraná y su zona se dieron a partir de la decisión voluntaria de cada uno de los que decidió radicarse en la zona, lo que se puede calificar como inmigración espontánea.
En ese sentido, no se puede determinar cuando comenzó la llegada del inmigrante espontáneo al Departamento Paraná, pero hay registro de muchos de ellos a partir del asentamiento en los libros del credo católico, apostólico, romano, cuya sede fue la Capilla de Nuestra Señora del Rosario de la Villa de la Bajada del Paraná, cuya confección dio comienzo desde 1745 aproximadamente.
Fueron llegando principamente españoles; también hubo portugueses e italianos.
Respecto a los españoles, hay que remontar más atrás aún si se tomara como inmigrantes a quiénes estaban, por ejemplo, en Asunción de Paraguay, y bajaron para radicarse an la zona desde que se fundó Santa Fe la Vieja por parte de juan de Garay.
Se sabe que a partir de esa fundación, muy pronto comenzaron a badear el río hacia el oriente y comenzaron a hacer asentamientos sobre la costa oriental del río Paraná, o simplemente a radicarse, con haciendas generalmente. Puede ser discutible esto de tomar como inmigrantes a los españoles que llegaron desde Paraguay, pero está demostrado que muchos apellidos de esa época aún se mantienen en la zona.
La continuidad de la inmigración y su incentivación surge a partir de la Confederación Argentina, ya que fue el General Justo José de Urquiza un gran impulsor de las corrientes inmigratorias.
Fue Urquiza quién fundó la primera Colonia Agrícola en el país, a partir de la Colonia Agrícola Las Conchas, que poco tiempo más tarde pasó a llamarse Colonia Urquiza y luego Villa Urquiza desde 1860.
Como quedó apuntado antes, fue desde 1878 en adelante cuando se aumentó de forma extraodinaria el flujo de inmigrantes hacia el departamento Paraná.
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